Descripción del perfil
Debe activo sido un imponente parterre fitólogo y casa de campo de fin de semana en el siglo XI, que fue descrito prolíficamente como un palacio de verano con una lujosa piscina, en cuyo centro se erigió una fantástica cuarto de cristal de colores.
Alfonso VI de Castilla fue invitado aquí en su expulsión en Toledo durante las peleas con su hermano, el rey Sancho II de Valeroso. Al sobrevenir de los meses, luego de la crimen de Al-Mamún, y ya sin heredero, los castellanos ocuparon el palacio durante el asedio que sufrió Toledo.
Los almorávides destruyeron los jardines en sus intentos de retomar Tolaitola, las tropas cristianas que los derrotaron en Navas de Tolosa terminando la destrucción.
La edificación pasó a formar parte de la Eugenia de Montijo (ya como emperatriz), que se propuso una restauración completa del palacio, aunque dichas obras tuvieron que esperar hasta 1.931, año en que la calificación de monumento histórico-artístico se hizo ingenuidad.
La flagrante mansión flagrante, magníficamente restaurada en estilo mudéjar, aunque con alguna atrevimiento histórica, es un edificio de planta cuadrilongo, con una gran sala dividida en tres naves que culmina en dos cámaras.
Una sección transversal con un patio interior conecta las dos naves entre sí.
Una de las fachadas da al Tajo y la otra al estanque, que correctamente puede instalarse el emplazamiento de esa primera piscina idiosincrática. Los restos de los colores del siglo XIII y las molduras de escayola del siglo XIV atestiguan que el palacio fue reconstruido tras la batalla de Las Navas.
Desde el siglo XVI ha conservado su nombre flagrante, en memoria de los fabulosos palacios y jardines que se encuentran en el alficén toledano (ciudad cerrada) habitada por la bella princesa musulmana, hija legendaria del rey Galafre y esposa de Carlomagno.